Barreras socioeconómicas y culturales quedaron descubiertas.
“Disminuir las muertes maternas en La Libertad es compromiso y trabajo de todos”, señaló el gerente regional de Salud, Henry Rebaza Iparraguirre, durante el simposio Mortalidad Materna en la Región La Libertad, tras felicitar a la Federación Médica por la organización del evento, el viernes 21, en el auditorio de la Universidad César Vallejo.
Durante su exposición, el titular de sector señaló que el Perú es el tercer país de Latinoamérica que afronta el problema de muertes maternas y que La Libertad ocupa el quinto lugar a nivel nacional. Rebaza Iparraguirre negó que las muertes maternas se hayan triplicado, sino que, en cifras, se mantiene el mismo índice que años anteriores. “Hasta el momento van 37 muertes en la región, sin embargo, en lo que va del año existen 509 muertes maternas evitadas, de las cuales 345 fueron en la sierra y 164 en la costa”, puntualizó.
Declaró que, de las muertes registradas, este año, treinta han sido directas, es decir, veinte en puerperio y diez por retención placentaria; seis indirectas, como por hígado graso, aneurisma, peritonitis generalizada, neoplasia cerebral, entre otros; y una a determinar. Y que los lugares más recurrentes han sido de la sierra: Sánchez Carrión, Otuzco y Pataz, con siete casos cada uno; Julcán, con tres; y Santiago de Chuco con cuatro. Por otro lado, que, en la costa, las muertes maternas han ocurrido así: seis en Trujillo, dos en Virú y una en Ascope, resaltando que los casos de muerte en Trujillo, en su mayoría, procedieron de la sierra.
Reveló que la multicausalidad del problema, como: factores culturales, desconocimiento de derechos, inequidad de género, discriminación, barreras geográficas, limitado acceso a la educación (analfabetismo), pobreza (estado socioeconómico), nutrición en la niñez y adolescencia, barreras de acceso a los servicios, entre otros, inciden, directamente, en las muertes maternas, lo que exige, también, soluciones colectivas, con responsabilidad social, políticas, económicas, y que el problema no solo es una tarea de los servicios de salud, señaló.
Ojalá que las conclusiones de este evento permitan focalizarnos en los problemas, alineando estrategias, tal como planteamos en nuestra propuesta de movilización social para la adecuación del Estado, gremios, colegios profesionales, universidades y sociedad civil hacia los espacios territoriales, con mirada transectorial. Llamó a traspasar la visión clínica y a combatir la exclusión como enfermedad, humanizando el acto médico, ya que la mujer no es una cosa y necesita mejor trato, agregó Rebaza.