Por: P. Periodista. Antonio Campos Castillo
La democracia, es la mas deseada, la más buscada, talvez es la mejor forma de gobernar a un país, Lo que acaba de vivir el ande liberteño y todo el país es una verdadera manifestación de descontento, de sublevación de la gente contra el sistema. Las causas de estos problemas son muchas. La principal causa es la poca eficiencia del gobierno de turno, que siempre se ha hecho la falsa ilusión que con discursos se cambia el mundo y la historia de un pueblo.
Acaso es justo que el pobre campesino tenga que bajar a gritar para que se acuerden de él. Tendríamos que llegar a pensar que el gobierno no está construyendo nación porque se olvida de muchos sectores, con quienes no quiere dialogar, solo pretende imponer sus normas y sus leyes, ¿donde está el cambio responsable? permitiendo que solo el que llora mama. Eso no es el camino. Les costará el cargo a muchos Ministros, e incluso al actual Presidente si es que no tiende lazos de diálogo. Es una verdad que existe aprovechamiento político por otros partidos, pero es el mismo gobierno de turno que se lo permite.
Nos damos cuenta que para el desarrollo es necesario la paz y la justicia. Las voces de la gente en la calle es: queremos desarrollo, queremos justicia, “¡basta ya! De tanto olvido, de corrupción y de engaño. Por consiguiente, el desarrollo económico tiene que demostrarse que no solo es recibir regalías, que no solo es crecer a nivel macro - económico, que no solo se mide con el consumo en las grandes cadenas de tiendas. El verdadero desarrollo es cuando los grandes capitales se distribuyen de manera eficiente atendiendo a todos los sectores más emergentes como es la salud, la educación y la agricultura. Sin salud la gente no puede recibir educación, sin lo productivo la población no tiene una buena nutrición para recibir una buena educación y el mismo tiempo sin una buena educación la población no podrá salir de aquel círculo vicioso de condena.
La gobernabilidad es crear espacio de concertación y de inversión porque el derecho al desarrollo es mediante una verdadera inversión en el sector educación, salud y agricultura. Entiéndase bien que la gobernabilidad no es abuso de la población contra la población, gobernabilidad es hacer respetar la autoridad, porque no se puede permitir que estemos en un estado de miedo, de terror donde nosotros seamos los que nos matemos los unos a los otros. Tenemos que llegar a acuerdos después de las marchas donde haya el firme compromiso de parte de los manifestantes de trabajar con todas la fuerzas para demostrar al gobierno que el pueblo tiene la capacidad y autoridad suficiente no solo para emitir su voto, sino también de hacer sentir su voz de reclamo y protesta.
No solo quedarse en la voz de reclamo contra el cielo, sino un compromiso que pise tierra, los mismos campesinos que se comprometan a trabajar por la limpieza de campo y la ciudad de cuidar sus aguas de asumir un empoderamiento y ser capaces de fijar los precios justos de sus productos. Pero no podemos dar el doble discurso de luchar contra el sistema si no somos capaces de sublevarnos contra el sistema paternalista e engañoso del vaso de leche, de los comedores populares, de los cien soles del programa “juntos”.
Las verdaderas subvenciones deben ser más significativas, después de invertir con mayor presupuesto en educación es importante exigir mayor formación y capacitación en los profesores, después de invertir en el sector salud es importante imponer exigencias. La mejora del servicio no se da con la ampliación de horarios o de atención al público.
Si pasamos nuestra mirada al mas importante pero al más relegado de los sectores: agricultura, es para ponerse la mano al pecho, teniendo como premisa que gozamos de los mejores suelos, de gran cantidad de agua, inmensidades de recursos naturales; pero lo que hace falta es la tecnología, subvención del Estado y del sector privado, porque el campesino hecha la culpa al gobierno y el gobierno al campesino. No se puede hablar de TLC, si antes no se ha mejorado las condiciones competitivas de los productores. Estas reflexiones no quiere decir que desmerece a los otros sectores en orden a la inversión del estado, pero son los cimientos del este edificio del desarrollo.
Por consiguiente la gobernabilidad exige desarrollo social equitativo, después de una merecida inversión es importante hacerle recordar al gobierno que imponga orden y seguridad jurídica. La policía y el ejercito tiene que hacer respetar el estado de derecho, pero siempre y cuando los ciudadanos reciban lo justo. Después de esta marcha es necesario preguntarse que resultados se han obtenidos. Y al mismo tiempo conocer cuanta pérdida y cuantos logros se han generado.
La democracia, es la mas deseada, la más buscada, talvez es la mejor forma de gobernar a un país, Lo que acaba de vivir el ande liberteño y todo el país es una verdadera manifestación de descontento, de sublevación de la gente contra el sistema. Las causas de estos problemas son muchas. La principal causa es la poca eficiencia del gobierno de turno, que siempre se ha hecho la falsa ilusión que con discursos se cambia el mundo y la historia de un pueblo.
Acaso es justo que el pobre campesino tenga que bajar a gritar para que se acuerden de él. Tendríamos que llegar a pensar que el gobierno no está construyendo nación porque se olvida de muchos sectores, con quienes no quiere dialogar, solo pretende imponer sus normas y sus leyes, ¿donde está el cambio responsable? permitiendo que solo el que llora mama. Eso no es el camino. Les costará el cargo a muchos Ministros, e incluso al actual Presidente si es que no tiende lazos de diálogo. Es una verdad que existe aprovechamiento político por otros partidos, pero es el mismo gobierno de turno que se lo permite.
Nos damos cuenta que para el desarrollo es necesario la paz y la justicia. Las voces de la gente en la calle es: queremos desarrollo, queremos justicia, “¡basta ya! De tanto olvido, de corrupción y de engaño. Por consiguiente, el desarrollo económico tiene que demostrarse que no solo es recibir regalías, que no solo es crecer a nivel macro - económico, que no solo se mide con el consumo en las grandes cadenas de tiendas. El verdadero desarrollo es cuando los grandes capitales se distribuyen de manera eficiente atendiendo a todos los sectores más emergentes como es la salud, la educación y la agricultura. Sin salud la gente no puede recibir educación, sin lo productivo la población no tiene una buena nutrición para recibir una buena educación y el mismo tiempo sin una buena educación la población no podrá salir de aquel círculo vicioso de condena.
La gobernabilidad es crear espacio de concertación y de inversión porque el derecho al desarrollo es mediante una verdadera inversión en el sector educación, salud y agricultura. Entiéndase bien que la gobernabilidad no es abuso de la población contra la población, gobernabilidad es hacer respetar la autoridad, porque no se puede permitir que estemos en un estado de miedo, de terror donde nosotros seamos los que nos matemos los unos a los otros. Tenemos que llegar a acuerdos después de las marchas donde haya el firme compromiso de parte de los manifestantes de trabajar con todas la fuerzas para demostrar al gobierno que el pueblo tiene la capacidad y autoridad suficiente no solo para emitir su voto, sino también de hacer sentir su voz de reclamo y protesta.
No solo quedarse en la voz de reclamo contra el cielo, sino un compromiso que pise tierra, los mismos campesinos que se comprometan a trabajar por la limpieza de campo y la ciudad de cuidar sus aguas de asumir un empoderamiento y ser capaces de fijar los precios justos de sus productos. Pero no podemos dar el doble discurso de luchar contra el sistema si no somos capaces de sublevarnos contra el sistema paternalista e engañoso del vaso de leche, de los comedores populares, de los cien soles del programa “juntos”.
Las verdaderas subvenciones deben ser más significativas, después de invertir con mayor presupuesto en educación es importante exigir mayor formación y capacitación en los profesores, después de invertir en el sector salud es importante imponer exigencias. La mejora del servicio no se da con la ampliación de horarios o de atención al público.
Si pasamos nuestra mirada al mas importante pero al más relegado de los sectores: agricultura, es para ponerse la mano al pecho, teniendo como premisa que gozamos de los mejores suelos, de gran cantidad de agua, inmensidades de recursos naturales; pero lo que hace falta es la tecnología, subvención del Estado y del sector privado, porque el campesino hecha la culpa al gobierno y el gobierno al campesino. No se puede hablar de TLC, si antes no se ha mejorado las condiciones competitivas de los productores. Estas reflexiones no quiere decir que desmerece a los otros sectores en orden a la inversión del estado, pero son los cimientos del este edificio del desarrollo.
Por consiguiente la gobernabilidad exige desarrollo social equitativo, después de una merecida inversión es importante hacerle recordar al gobierno que imponga orden y seguridad jurídica. La policía y el ejercito tiene que hacer respetar el estado de derecho, pero siempre y cuando los ciudadanos reciban lo justo. Después de esta marcha es necesario preguntarse que resultados se han obtenidos. Y al mismo tiempo conocer cuanta pérdida y cuantos logros se han generado.
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