Los comuneros, capacitados por personal de la Unidad Ejecutora Nº 007, que tiene a su cargo la conservación y restauración del lugar, están dedicados a la limpieza de malezas y hongos del contorno y de las estructuras murales.
Las obras se concentran en el sector Las Torres y tendrán una duración de cuatro meses. Éstas se extenderán al sector El Castillo y Las Monjas con un plazo previsto de seis y 18 meses, respectivamente.
Para ello, el número de pobladores capacitados y contratados se incrementará, teniendo en cuenta que las dimensiones del sitio arqueológico alcanzan los cinco kilómetros de extensión, refirió el director de la Unidad Ejecutora Nº 007, Guillermo Rebaza.
Ellos trabajan con sus respectivos implementos de seguridad, siguiendo los lineamientos, principios y criterios internacionales de conservación, aclaró.
Al culminar las obras se mejorará el acceso al sitio, los muros tendrán una mejor vista estética y tendrán mayor estabilidad, precisó.
Destacó que incluir a la comunidad en la conservación del monumento también potencia la calidad de vida de los pobladores, ya que perciben una remuneración mensual de 900 nuevos soles, dinero que no ganaban cuando se dedicaban a la actividad agrícola. (ANDINA)
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