Por: Nury García Córdova
La expansión de la actividad minera continúa en el cerro el Toro, ya no sólo de manera informal y artesanal, sino también a través de la mediana minería. Es una situación de impacto ambiental y social que se profundiza ante la desidia y las promesas incumplidas de las autoridades correspondientes.
Las organizaciones sociales, activistas medioambientales y autoridades estatales de Huamachuco, sierra de la Libertad, sostienen que no hay voluntad política del gobierno regional para solucionar una situación que lleva varios años.
La Gerencia de Energía, Minas e Hidrocarburos anunció hace meses que iniciaría un plan estratégico sobre la minería informal en el Cerro El Toro; sin embargo, hasta ahora no se conocen resultados. Mucho menor es la acción respecto a la entrada de la mediana minería en la zona, como es la Mina Santa Marina y la empresa Corporaciòn de Centro SAC, que estaría relacionada con la familia Sánchez Paredes.
El Cerro El Toro sigue inaccesible. Los enfrentamientos ocurridos con la población y con representantes estatales, las investigaciones en el lugar para verificar las denuncias sobre precariedad laboral, riesgo socio ambiental, entre otros aspectos, y la irrupción de la mediana minera, han hecho que las asociaciones de mineros se provean de extrema seguridad.
Un aspecto a considerar es que los mineros informales no son una masa homogénea que se puede representar en los grupos que dominan la zona. Hay un sector de mineros dispuestos a dialogar, que piden se observe la compleja cadena de servicios, e intermediarios que se benefician con esta actividad extractiva, y se deje de focalizar el problema en el minero de socavón. Lamentablemente esta oportunidad de diálogo no es atendida, por lo que queda la tarea de asumirlo como un desafío, e intentar caminos alternativos de solución.
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