Por: Marco López.
Hace más de un año escribí un pequeño escrito titulado “S.O.S. PANTANOS DE PURRUMPAMPA S.O.S. ¡MOVAMONOS!”, para llamar la atención del abandono e indiferencia en que se encontraba esta parte histórica y ecológica de nuestra ciudad.
Visitando el lugar este último fin de semana, me di con la sorpresa que está siendo, de alguna forma, delimitada, por así decirlo, porque en realidad debería ser de otra manera, en todo caso esta acción de la misma colectividad, abriga la esperanza de salvar algo de lo poco que queda.
Esta decisión llega después del cansancio de los mismos pobladores de la zona, de tanto esperar la respuesta del municipio a tener que delimitar las pampas ante las constantes invasiones de este importante patrimonio natural.
Después de acuerdos y compromisos se han puesto manos a la obra y con desprendimiento colectivo empezaron a poner palos de eucalipto y pequeñas plantas alrededor de toda la pampa.
Llama la atención el trabajo en conjunto de los pobladores, notándose particularmente la participación familiar siendo la gran mayoría, mujeres.
Nos manifestaba Padre Antonio Campos que están tratando de ganarle al tiempo porque hay muchas partes en las cuales han aparecido varios “dueños” y que están utilizando deshechos de materiales de construcción para rellenar algunas partes para después lotizarlos y venderlos. Nos decía el Padre que están proyectando varias ideas para poner en valor esta zona teniendo en cuenta que este lugar deberá contener dos temas: lo histórico y lo ecológico. Si existen sugerencias o mas ideas, estamos seguros que serán recibidas con aprecio.
Recordemos que en esta pampa se dio la Batalla de Huamachuco durante la guerra con Chile el 10 de julio de 1883 y en este lugar también se encuentra un hermoso pantano que sirve de refugio y estadía temporal a una serie de aves migratorias. Este pantano era también hábitat natural de nuestros liclics, digo era porque casi han desaparecido.
Domingo Mauricio uno de los responsables de guiar este trabajo de delimitación nos decía que estaban trayendo de otros lugares sapitos pequeños verdes y negritos esos que alguna vez abundaban y muchos de nosotros al regresar de bañarnos en el Zanjón los metíamos a nuestros bolsillos. Todo esto con el fin que puedan reproducirse y poblar de nuevo los pantanos. Estos pequeños batracios hacen parte de la cadena alimenticia de las aves que viven en el pantano y con la alegría de alguien que está recuperando algo importante manifestaba el Sr. Mauricio que en las noches y en las mañanas sentía que los liclics estaban regresando.
Quizás esta sea una metáfora huamachuquina y nos animemos a regresar a la tierra que nos marcó la vida. Ojalá que como nuestros liclics regresemos, de repente solo para visitarla pero para hacerla sentir que no la hemos olvidado, que llevamos a nuestra tierra siempre dentro y que nos importa y que queremos lo mejor para ella.
Regresen liclics, regresen siempre, el pantano los estará esperando porque no permitiremos que se seque nunca…
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