A la tercera fue la vencida. El conjunto que
entrena Jupp Heynckes se había plantado en las
dos últimas finales de la Liga de Campeones y
no había podido levantar la 'orejona'. En esta ocasión, y ante otro equipo
alemán, sí. El Borussia Dortmund saltó
al terreno de juego parecía que con las ideas más claras y dispuso de las
primeras ocasiones. Neuer el arquero se mostró
acertadísimo y poco a poco fue dinamitando la moral del equipo de Jurgen Klopp. El Bayern Munich también se aproximó con
peligro a la portería de Weidenfeller, que respondió también con paradas de grandes
méritos.
Los guardametas se estaban erigiendo como los grandes protagonistas del encuentro,
hasta que Manduziukic, en el minuto 60,
recogía un extraordinario pase desde la línea de fondo servido por Robbenpara marcar a placer el 1-0. La
respuesta del Borussia
Dortmund no
se hizo esperar. Gundongan
transformaba un clarísimo penalti cometido por Dante para
devolver las tablas al electrónico. La final parecía encaminado hacia la prorroga de forma irreversible. La igualdad estaba siendo máxima. Pero apareció de nuevo Robben que, en el último minuto, colándose entre la defensa rival, consiguió mandar el cuero al fondo de las mallas. Un gol que valía una Champions.
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