miércoles, 17 de enero de 2007

MIEDO Y TERROR SE VIVIÓ POR MOVILIZACIÓN DE SUTEP







Horas de miedo y terror vivieron más de 400 maestros y la población de Huamachuco, cuando durante su lucha por evitar que se tome el examen ordenado por el ministerio de educación en el colegio San Nicolás, hubo un enfrentamiento entre ellos y la policía.
Los efectivos policiales al mando del comandante, César Silva Urbizagastegui empezaron a arrojar bombas lacrimógenas para dispersas a los docentes y que logren ingresar algunos docentes en su mayoría contratados que querían rendir el examen.
Los docentes de Sánchez Carrión desde tempranas horas de la mañana comenzaron a llegar distribuidos en los tres colegios autorizados para el examen, colegio Santiago Zavala, Florencia de Mora y San Nicolás.
El examen estuvo programado para las 8 de la mañana, pero pasado el tiempo los docentes empezaron a inquietarse demostrando su fastidio por la demora respectiva. Por su parte los docentes del SUTEP de Sánchez Carrión, se ubicaron en las afueras del colegio San Nicolás para evitar que se realice el examen respectivo.
Algunos docentes contratados que iban a dar su examen en esta institución educativa, señalaron no estar de acuerdo con la actitud de los profesores del SUTEP, porque indicaban que estaban en su libertad de rendir su examen y ellos no tenían porque evitar cumplir con un derecho ganado.

Momentos de Pánico
Al pasar las 9 de la mañana, los docentes que se ubicaron a en los colegios Santiago Zavala y Florencia de Mora, se replegaron al colegio de San Nicolás y con arengas demostraban su rechazo ante el examen. Al pasar los minutos llegó la policía, el fiscal provincial y el director de la UGEL, con un contingente de efectivos antidisturbios quienes estaban provistos de bombas lacrimógenas. El comandante, el fiscal intentaron ingresaron al recinto educativo que fue evitado por los docentes.
Posteriormente llegó el director de la UGEL, Jesús Joaquín Ruiz, quien fue con rechazo de los docentes, quienes señalaban en sus arengas que el presidente de La República y su persona eran corruptos. También gritaban, ¡Joaquín los maestros te repudian!, ¡Los 30 soles se los dejamos para el director de la UGEL!, entre otros.
Ante la actitud de los docentes y por orden del director de la UGEL, la policía empezó a lanzar bombas lacrimógenas de mano y de fusil, donde los maestros salieron dispersados por diferentes calles; hubo docentes que al inhalar el humo tóxico no pudieron correr y cayeron, golpeando la cabeza y otro se fue contra una moto que estaba estacionada. El Profesor Luís Méndez del colegio La Inmaculada, se llevó la peor parte, pero fue auxiliado por los docentes y ciudadanos que viven alrededor de la Plaza de Armas.
Pese a esto los profesores siguieron en su lucha, tirando contra los policías piedras, tratándose así de defender del ataque policial, pero con eso sólo provocaban que la reacción de los efectivos sea que nuevamente lancen estos químicos tóxicos.
Hubo docentes contratados que con la ayuda de la policía ingresaron al colegio para dar su examen, siendo un aproximado de 40 docentes, quienes esperaron a los coordinadores del ministerio de educación para que se empiece la prueba, pero estos nunca llegaron, solo se encontraba dentro del local tres cajas con los exámenes.
Al pasar las horas, los profesores lograron nuevamente atrincherarse en las afueras del recinto del colegio San Nicolás y con los integrantes de SUTEP, junto con la fiscalía y la policía hicieron un acta donde se aceptaba no tomar la prueba a los maestros y las cajas con los exámenes fueron retiradas por la policía. Al conseguir esto los maestros realizaron una marcha por las inmediaciones de la plaza de armas y luego se trasladaron hacia su local.


Docentes Heridos
Durante el lanzamiento de las bombas lacrimógenas, dos profesores salieron heridos y tres niños que fueron auxiliados trasladándolos de inmediato al hospital Leoncio Prado. El profesor Giovanni Ruiz Malqui fue quien recibió el mayor impacto, porque le cayó una bomba lacrimógena en la cara, perjudicándole la mandíbula, el mentón y la clavícula.
El docente tiene que recibir un tratamiento riguroso, porque le tuvieron que reconstruir el mentón y la mandíbula.


La población manifestó su rechazo por enfrentamiento

Los ciudadanos que viven por las inmediaciones de la Plaza de Armas de la localidad, salieron despavoridos de sus viviendas al escuchar los gritos de los profesores y los estruendos de las bombas lacrimógenas. Al observar este cuadro, algunos atinaron a salir de sus viviendas y ayudar con baldes de agua, para auxiliarlos a los docentes que estaban tirados en el suelo ahogándose por la inhalación del humo tóxico y otros sólo se metieron a sus viviendas asustados por los hechos.
Al calmarse un poco los actos, algunos pobladores manifestaron su rechazo rotundo por este hecho que sólo hizo que sus hijos o familiares sufran las consecuencias de las bombas lacrimógenas.
Una moradora de la calle San Román señaló que sus hijos tuvieron que ingresar de inmediato a su vivienda y además tuvo que auxiliar a unos docentes que no podían respirar y se desesperaban por el fuerte humo que inhalaron. “Como es posible que la policía se porten así contra los docentes, si ellos reclaman son por sus derechos y no es justo que los traten con si fueran delincuentes”.
Precisó que esperan que este tipo de actos que perjudican no solo a los manifestantes sino también a los ciudadanos no se vuelvan a repetir. “Huamachuco ha sido una ciudad tranquila y no puede ser que ahora se presenten estos actos tan repudiables”.