Fotos y
Texto: Lic. Dolly León Cruz
Cuando supimos que estábamos
embarazas, siempre nos nace ese nerviosismo que va acompañado con ternura,
miedo, amor y comienzan las preguntas como nacerá, a quien se parecerá, tendrá
mis ojos, mi sonrisa, “No, que salga igual a su papá”, nos reímos, lloramos, en
fin una serie de sentimientos, que a través de las palabras es imposible
explicar.
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| Este hermoso esta en Lima con su madre para volver con una amplia sonrisa |
Pero luego nos entra el temor, y
lo único que decimos, “Espero que nazca sanito”. Los meses pasan, algunas
tienen malestares, otras no, solo saben que están embarazas porque les crece la
barriguita. La familia comienza a participar de estos momentos importantes para
la mujer. Algunos empiezan los preparativos para el nacimiento con la compra de
la ropa y todos los accesorios para el bebe, otras, si hay dinero, dan la sorpresa
y realizan un Baby Shower.
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| Esperando para salir hacia Lima |
El nacimiento llega, el dolor es
inmenso, se sufre, pero las ganas de tener en sus brazos a su bebe es grande.
Pero qué pasa cuando este hermoso ser nuevo nace con un mal congénito, como es
con labio leporino y paladar hendido, comienza los problemas, los padres lo rechazan,
porque piensan que es un castigo, los esconden, tiene vergüenza mostrarlo,
hecho rechazable desde todo punto de vista.
Yo admiro a los padres, que
tienen un hijo con ese problema no se quedan tranquilos y buscan por todos los
medios tratar de mejorar su calidad de vida a su niño o niña. Muchos de ellos
viajan a otras provincias, departamentos para encontrar la solución, saben que
el camino es largo, porque son varias operaciones pero no descansan con
finalidad de transformar la sonrisa de sus niños por amor.
DESDE HACE 16 AÑOS CAMBIANDO
SONRISAS
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| Esta señora de Sartimbamba contenta por su niña será operada |
Estos casos en el mundo, son
millones, es por eso que hay personas, instituciones, asociaciones caritativas listas
para conseguir que los niños cambien su vida. La Prelatura de Huamachuco, junto
con el Rotary Club, empezó esta lucha, para poder captar a niños con ese mal
congénito, al inicio los padres eran reacios y temerosos, pero los años pasaron
y entendieron que ese pequeño problema tiene solución. Monseñor Sebastián Ramis
Torrens, desde hace 16 años, toca las puertas de asociaciones, médicos del
continente europeo con la finalidad que vengan al Perú, y operen a los que
necesitan.
Al pasar los años se han unido la
Municipalidad Provincial y el Hospital Leoncio Prado, para lograr que los
pacientes puedan viajar a la ciudad de Lima y sean operados.
DANDO EL EJEMPLO DE BONDAD
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| La ayuda del alcalde de Sartimbamba para sus paisanos |
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| Aquí entregando la ayuda del Dr. Julio Díaz Carrasco, alcalde de Cochorco |
Los gastos para cada paciente son
significativos y casi imposibles de cubrirlos ellos mismos. Pese a su
precariedad, hacen un esfuerzo para llegar a Huamachuco – este gasto no lo cubre
la campaña- al saber esto, empezamos a gestionar e invitar a los alcaldes para
que apoyen a sus paisanos. Recibimos respuestas positivas, pero solo, dos
alcaldes cumplieron, y vale la pena resaltarlos y felicitarlos, el alcalde del
distrito de Cochorco, Dr. Julio Díaz Carrasco, de inmediato apoyo, siendo de la
misma actitud el alcalde del distrito de Sartimbamba, Hugo Juárez Carbajal, a
pesar que son alcaldes de los distritos más alejados de la provincia de Sánchez
Carrión, pero entienden que la necesidad de sus paisanos es grande.
RUMBO A UN NUEVO DESTINO
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| Esta sonrisa tierna será más hermosa cuando sean operados |
Ahora 39 paciente de la captación
de la VII Campaña de labio leporino y paladar hendido que son de Huamachuco,
los distritos de Sanagorán, Marcabalito, Sartimbamba, Cochorco, así como de las
provincias de Bolívar, Santiago de Chuco, Cajabamba, Otuzco,
están en Lima, han comenzado las operaciones,
ellos estarán de vuelta en 15 días, con las ganas de cambiar sus vidas. Esos
niños que nos mostraban con timidez su carita, ahora volverán con una amplia
sonrisa llena de amor y con más ganas de seguir viviendo para forjarse un nuevo
destino.
