lunes, 25 de marzo de 2013

Cultura de la apatía y el miedo

Hablar de cultura implica volcar nuestra definición conceptual a la forma de vida, a las actitudes que se  generan de manera espontánea en la vida de un grupo poblacional. Es la manifestación de las formas de vida que diferencia a un pueblo de otro.  Huamachuco es un claro ejemplo, es un pueblo que goza de   una cultura milenaria, que tiene un gran potencial de recursos humanos, naturales y por ende económicos, sin embargo es un pueblo que actualmente se ha estancado en su desarrollo, pocos o nadie quiere hablar de los problemas que le aquejan. 
Este pueblo tiene en la actualidad líderes religiosos que poco o nada les interesa el bien de su pueblo, solo les motiva el número de sacramentos y cuanto vale cada uno, el sueldo de maestros por su trabajo. ¿Quién vela por la salud pública, la falta de agua, quien grita por la contaminación del medio ambiente? Parece que fuera un pueblo sin pastores o pastores asalariados por las empresas. Están convirtiendo al cristianismo en una religión que adormece corazones y conciencias cívicas.  Ni hablar de los líderes de las organizaciones sociales de base, ya no son luchadores por los intereses de su pueblo sino perros guardianes de los pequeños burgueses que son las autoridades locales que manejan ingentes e ilícitas cantidades de dinero provenientes del canon minero. La mayoría de Medios de Comunicación  (radios y Tvs) que han llegado al silencio tendencioso y al disimulo de la verdad, poco o nada gestionan la imparcialidad y la investigación, se mueven repitiendo mensajes de alcaldes y gerentes que por poco les hacen noticieros o medios de imagen institucional. 

Dónde esta el ciudadano maduro, valiente que busca la justicia y la democracia? Huamachuquinos apáticos a su propio pueblo, sueñan y desean que otros hablen por ellos, que otros trabajen y gestionen por ellos, conceptos erróneos que poco a poco se están convirtiendo en cultura. Cómo llamar huamachuquinos a los que recién lo están siendo, como buscar identidad si muchos de ellos han llegado con dinero blanqueado a comprar bienes de los que ya se fueron de su tierra, que hoy sólo muestran su nostalgia por medio de mensajes cibernéticos, otros que se fueron de su pueblo para nunca volver la mirada atrás.  Este pueblo ha crecido demográficamente de modo impresionante, sin orden, sin planificación sus autoridades han perdido el principio de gobierno. Estoy convencido que solo aspiran amasar riqueza, poco o nada les interesa el desarrollo cultural, el desarrollo económico y social de este pueblo donde aun existen muchos ciudadanos que son conscientes de la problemática, pero que están llenos de miedo, que la faja se les han caído y a otros les han quitado el cinturón, mediante el chantaje de trabajo y pequeños servicios. 
El Alcalde, Regidores,  Gobernación, Ugel, Salud, Policía, Poder Judicial y ciudadanos todos caminan a la deriva, guiados por la brújula de sus intereses personales. A nivel de seguridad ciudadana es una lástima invertir en medio centenar de  Muniserenos - personas que no hacen nada en las calles, que dan poquísimos resultados productivos tangibles para el desarrollo. El sistema de tránsito es el más caótico que puede haber en la sierra liberteña, su plaza una cochera pública, sus calles sin señalizaciones, semáforos quemados,  sin terminales terrestres, cada quién hace lo que le plazca. En el sistema de gestión de limpieza pública es aún más crítico porque el delito es flagrante al promover  con dinero público una abierta contaminación y atentado contra la salud de la población del caserío Urpay, conciencia ambiental cero.  El Mercado municipal es el más claro testimonio del atraso en gestión de servicios públicos en esta ciudad. El accionar del gobierno local no es preventivo sino reactivo. Hablar de las edificaciones es un rebalse de colmos, un deterioro de la identidad arquitectónica y una burla a la autoridad normativa, cada quien construye como mas puede. 
Amigo lector, generemos una conciencia de "indignados", rompamos el silencio, abracemos el coraje de buscar el bien común sostenible: agua potable, limpieza ecológica, seguridad ciudadana, orden en el  tránsito,  educación de calidad, respeto a la identidad de nuestro pueblo, erradiquemos construcciones fuera de contexto. Erradiquemos la corrupción que campea abiertamente mediante los diezmos. Amigos empresarios suden el dinero desde una conciencia  recta y sano trabajo. Empecemos  a generar sentido de pertenencia en los nuevos pobladores de este noble Huamachuco y por cierto, en esta semana Santa 2013 donde exista un huamachuquino está llamado a construir una nueva imagen de Perú. Porque "actuamos de acuerdo a lo que pensamos".
Por: Antonio Campos Castillo