martes, 10 de marzo de 2009

¿Cómo querer a Huamachuco sin ser huamachuquino?

Los habitantes de las grandes ciudades y pueblos del mundo entero, en su gran mayoría no han nacido allí donde ahora viven. La identidad cultural recién se va construyendo como nueva y diferente. Por ejemplo: los latinos en EE. UU y en Europa, algunos nacionalizados, otros de turismo y un buen sector de ilegales. En la vida interna de cada país, región, provincia o distrito ocurre lo mismo, un 70% de los actuales habitantes proceden de diferente pueblos, de diferentes regiones, sobre todo se conglomeran en las grandes capitales, por motivos económicos, educativos, laborales y por factores estrictamente sociales como puede ser la pobreza y la violencia.

Cuanta gente vive como extraño en su misma "tierra: distrito, provincia, región o país", porque sale de su entorno para adaptarse a otro en desventajas económicas, en cirucuntancias diversas en la que no solo se convierte en una amenaza en competencia laboral, sino también en una carga de obligaciones sociales (salud, educación y vivienda digna) para los gobiernos nacionales y locales. Basta mirar la experiencia de las familias huamachuquinas que retornan a visitar Huamachuco se quejan, de los que ahora viven allí, afirman que no la cuidan porque no se sienten huamachuquinos. Realidad que no deja de cuestionar, porque miles de familias y ciudadanos están en un proceso social y personal de adaptación a una nueva identidad territorial, que son y no son del lugar, que la quieren o no, pero que viven allí por necesidad y por oportunidades. Es una experiencia y fenómeno universal de la movilidad humana. Por tanto ya no cabe hablar en este mundo de actitudes xenofóbicas (de lugareños frente a forasteros, del nacional frente al extranjero, del campesino frente al citadino; mucho menos actitudes discriminatorias por razas, sexo, cultura y religión). Al contrario hace falta trabajar el tema de la creación de una nueva identidad de civismo, donde se incorpore la conciencia de responsabilidad y amor al lugar donde se vive, mientras uno está allí. Porque como ciudadano responde a ese sistema geopolítico social. Los alcaldes ¿acaso han creado programas educativos para trabajar estos temas de identidad? ciudadana y poblacional.
Es común encontrar a personas que viven más de cinco o diez años en Huamachuco y que aún no se sienten huamachuquinos. Eh ahí una de las causas de los diversos problemas sociales..., porque se sienten ajenos a esta ciudad, muchos posiblemente mueran sintiéndose forasteros. ¿Cómo crear una conciencia de incorporación e identidad de los ciudadanos con la ciudad o pueblo en el que viven?. Precisamente mediante programas de educación, de diálogo, de reflexión y participación de las misma población donde se llegue a acuerdos y convenciones y fijar plazos desde que tiempo ya uno puede sentirse ciudadano acogido como hijo de ese pueblo. Lo contrario solo ayuda a eludir responsabilidades y hacer comparaciones utópicas entre el pueblo que les vio nacer con el que viven y con el que quieren tener. El desarrollo se inicia por la aceptación de la identidad. De inmediato salta la pregunta ¿Cómo hacer para no olvidar y negar la tierra donde uno nació y donde existen sus ancestros?. El inicio del debate y de los acuerdos permitirá que la gente se sienta capaz de valorar sus raíces, su identidad de procedencia con orgullo y no con vergüenza, como ocurre en la juventud de hoy.
El verdadero civismo de amar a la tierra como patria universal hace valorar más nuestro lugar de nacimiento y ser gratos con ellos, donde uno pueda volver con orgullo y con respeto a disfrutar de su cultura y del calor de la familiaridad y al mismo tiempo si es posible realizar una proyección de responsabilidad social enmarcada en la gratitud a la tierra que nos vio nacer. La realida social de nuestros pueblos cambiaría si dispusieramos solo un 5% de lo que tenemos para devolver a nuestra tierra como gratitud madura. Ello implica decir amo a esta tierra que me da la oportunidad de habitar aquí, pero no olvido mis raíces.
Espero sus comentarios.... a favor en contra

domingo, 8 de marzo de 2009

Historia de mujeres emprendedoras

Gratitud a la Mujer

Si por algo hay que comenzar, es dando gracias a Dios que por medio de una mujer nos dio la vida; por ello merece hoy nuestro reconocimiento como madre, hermana, compañera, amiga y guía. La creciente reinvindicación de los derechos de la mujer es el mejor signo de desarrollo integral de la humanidad. Es importante reconocer y valorar la complementariedad que desempeña la mujer en todos los procesos y espacios de desarrollo: social, cultural, político, económico y religioso.

Se han dado pasos importantes, pero faltan muchos. Muchas culturas e instituciones de este siglo aún no han logrado ceder espacios para la equidad de género. Por ejemplo la Iglesia católica tiene que hacer un "mea culpa" porque predica la igualdad, pero tiene temor de ceder el poder religioso a la mujer, hasta ahora la discrimina sin dejarla participar en el sacerdocio. Sería una verdadera revolución y ejemplo de igualdad entre varones y mujeres que la Iglesia católica cristiana llegara a ser dirigida por una digna "Papisa". ¿Si la iglesia es madre y maestra porque se niega a entregar el poder a la mujer?.
El verdadero homenaje a la mujer en este día es seguir promoviendo la igualdad laboral, su participación en la política, su liderazgo en la vida cultural, empresarial y en la búsqueda de equidad y justicia.