viernes, 25 de septiembre de 2009

La cumbre de Pittsburg

En las últimas semanas se moderaron las expectativas de que la cumbre del G-20 en Pittsburg produzca medidas decisivas. Esto se debe principalmente a que el sistema financiero mundial se ha recuperado gracias a los rescates de los bancos en quiebra y a la inyección de liquidez en el sistema. Además, la crisis de la “economía real” en términos de la pérdida del crecimiento del PNB y de la rápida caída del comercio parece haberse mitigado. La necesidad de adoptar medidas que contrarrestaran la recesión –en especial con la ampliación del gasto público a través del “estímulo fiscal”– era acuciante a principios de abril, cuando el G-20 se reunió en Londres. Pero esa urgencia se redujo con los indicios de recuperación.

Sin embargo, muchos expertos creen que esos indicios son engañosos -en especial la rápida recuperación de los mercados accionarios- y consideran muy probable una recaída en materia de recesión.
Podría haber nuevas inyecciones, pero cada vez más voces advierten sobre los peligros de una disparada del déficit público y de la creación de una nueva burbuja que explotaría en una nueva crisis. En otras palabras, habrá un límite a lo que puedan hacer el estímulo fiscal y las ayudas monetarias de los gobiernos. Y si la economía no logra su propio ímpetu para despegar, podría recaer nuevamente, y tal vez las mismas medidas no tengan el mismo éxito.

Hay ahora un debate sobre la “estrategia de salida”, o hasta cuándo y hasta qué punto los gobiernos deberían seguir contribuyendo con gastos y rescates extraordinarios. Algunos políticos y expertos creen que la salida debería darse ahora, otros se inclinan por continuar con las medidas por algún tiempo, para evitar que la economía vuelva a caer. Esas diferencias seguramente estarán presentes en la cumbre del G-20 y tal vez den lugar a medidas populares -como limitar las bonificaciones a los jerarcas de los bancos- y a nuevas regulaciones -como requisitos más exigentes en materia de capital para los bancos-, pero no a una reforma fundamental del sistema.

El aumento del proteccionismo, un tema donde Barack Obama estará en el tapete, dará lugar a la más álgida discusión.

A principios de setiembre, Obama autorizó un impuesto adicional del 35% a los neumáticos importados de China, una medida proteccionista que provocó fuertes reacciones en todo el mundo y que complementa otras anteriores: la cláusula que dispone la compra de productos nacionales en el plan de estímulo fiscal de Estados Unidos y un capítulo de proteccionismo comercial en un proyecto de ley sobre cambio climático adoptado por la Cámara de Representantes. En este aspecto, Obama estará a la defensiva durante esta semana de alta diplomacia internacional.
Por: Martin Khor

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