jueves, 3 de enero de 2013

Pueblos andinos sin planes estratégicos de desarrollo

Han pasado dos años de gobierno de los alcaldes de la provincia de Sáchez Carrión y de las otras provincias andinas, ninguna de ellas cuentan con un plan de desarrollo estratégico concertado, a más dinero por el canon, más improvisación. Estas decisiones son por dos motivos:  primero por falta de capacidad técnica en los gobiernos locales y  segundo por conveniencia, la improvisación permite a los alcaldes hacer lo que se les ocurre. Se convierte más bien en una estrategia de control hacia los demás líderes de las organizaciones de base a cambio de pequeño favores.

Que se puede conseguir, con unas autoridades que han conseguido votos de confianza en base a mentiras, en base a promesas que luego poco o nada les importa. El poder le enceguece y les vuelve torpes. Los pueblos andinos necesitan autoridades decididas ordenadas que tengan el coraje de cumplir con lo prometido, que sepan planificar y desarrollar acciones concertadas  que caminen hacia un solo norte. 

La planificación estratégica es un concepto filosófico que aterriza en un nivel técnico operativo con el cual se marca el horizonte de un pueblo que no solo piensa en sus cuatro años, sino en una década y porque no en un siglo. La estrategia es la capacidad de planificar acciones que garanticen el logro de los objetivos que tengan que ver con el desarrollo sostenible. Por ende, responde a un nivel de pensamiento cultural de cambio profundo a responder a meramente necesidades del día a día, por el contrario resuelve problemas esenciales. Apunta a generar procesos de cambio. Generado desde la variable economía, recursos naturales y recursos humanos. Educación, transformación y mejor calidad de vida.

en los distritos de nuestra provincia, no existe planes de desarrollo, lo que existe son planes de como hacer las obras a medias tinta y autorobarse por los mismo empresarios a su mismo pueblo, mediante la conocidas empresa constructoras, quienes son piezas estratégicas para institucionalizar la corrupción de los diezmos que cobran los alcaldes mediante terceros.

Por: Antonio Campos Castillo.

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