Laguna de Piás totalmente contaminada

Fiscal de Trujillo, viajó al lugar el día de hoy para seguir con las investigaciones.
Pataz. La hermosa laguna de Piás, que de lejos parece un campo de golf, solo es sinónimo de suciedad y contaminación.
Esta situación fue constatada por los representantes del Ministerio Público, del organismo regulador de la energía y minería y la Dirección de Salud Ambiental de La Libertad a solicitud de la comunidad Campesina de Pamparacra.
Los pobladores observan que a diario el agua, el aire y el suelo donde viven se convierte en polvo negro y una pasta verdosa que amenaza con transmitir enfermedades a los niños y adultos, pero ellos no están dispuestos a pagar con su vida los daños que está causando la empresa Aguas y Energía del Perú (Ayepsa), encargada de la construcción de la hidroeléctrica.
Las explosiones con dinamita han ennegrecido la tierra del cerro donde se observan los túneles de la futura hidroeléctrica, pero no son los únicos residuos, pues los desechos de los cerca de 100 trabajadores y de los moradores también son arrojados a la laguna.
La fiscal adjunta provincial de Prevención del Delito y Materia Ambiental, Rosario Milian Solar, constató el pésimo estado de la laguna, cuyas muestras fueron llevadas al laboratorio y los resultados estarán listos a fines de noviembre.
“En casos de contaminación de lagunas o ríos, la evidencia visual es la más certera, pues la presencia de sustancias dañinas es inocultable a los ojos”, afirmó la fiscal.
Los ingenieros de Osinergming, Marcello Martel Tuesta y Julio Cruz Lavado, junto a los biólogos de la Dirección de Salud Ambiental, Jorge Izquierdo Corcuera y Faustino Carvajal Cholán, tomaron las muestras del agua.
En la inspección participó también el representante de la gerencia regional de Energía, Minas e Hidrocarburos, Rogelio Ríos Mauricio y la Autoridad Local del Agua de Sánchez Carrión, Marcelino Hernández Sánchez.
Durante la inspección se apreció las bolsas de plástico y botellas y todo tipo de residuos domésticos que flotan en el río Parcoy. Esta contaminación afecta a un promedio de cinco mil familias de Yacuabamba, Retamas, Parcoy y Piás.
Milian Solar afirmó que el dirigente David Delgado Gonzáles se quejó por las amenazas de los trabajadores de la hidroeléctrica ante la denuncia que han presentado.
La concesión definitiva para la actividad de la hidroeléctrica fue oficializada el 22 de febrero de 2006 en el diario oficial El Peruano, pese a que el proyecto se ubica en la zona de amortiguamiento del Parque Nacional del Río Abiseo.
De comprobarse la contaminación ambiental a la hidroeléctrica le espera una sanción de 50 Unidades Impositivas Tributarias, equivalente a 177 mil 500 soles, pese a que la Ley General del Ambiente estipula la clausura de los trabajos.
El Estudio de Impacto Ambiental de la hidroeléctrica fue aprobado por la Dirección general de Asuntos Ambientales y Energéticos con sede en Lima, pero la empresa no cuenta con un programa de adecuación y Manejo Ambiental aunque opera hace casi un año con la autorización del alcalde de Piás, Sixto Manuel Cueva Lezama.
Extraño olvido.
Los representantes de la fiscalía dejaron constancia de la extraña actitud de los funcionarios de la Gerencia Regional de Salud Ambiental de La Libertad, quienes llevaron equipos incompletos para la toma de muestras, faltando precintos de seguridad y depósitos. Ante esto la empresa contratada en paralelo por Osinergmin, si ofrece las garantías para un reporte fidedigno de los resultados.
La visita a Piás fue aprovechada para continuar el recorrido y supervisar el estado ambiental de los pueblos donde se asientan las empresas mineras Retamas y Consorcio Horizonte, donde la fiscalía constató los restos de botas, guantes y vestimentas mineras tirados en los caminos y el contraste de las casas de lata y plásticos azules del lecho del río frente a los campamentos mineros que cuentan con todas las comodidades.
En la visita a la Laguna Blanca, Llacuabamba y Retamas se apreció las aguas marrones con relaves y los mineros informales buscando oro en latas oxidadas con huecos a manera de coladeras.
Los moradores de esa zona reclaman que los políticos se acuerden de ellos no sólo en época de elecciones y valoren sus derechos humanos cuando están en el poder, que alguien escuche sus reclamos y que la justicia se imponga.