Hay cientos de variedades de queso, quizás miles. Algunos de ellos, como el roquefort, el cheddar, la mozarrella o el fundido nos son bastante familiares; los comemos frecuentemente, probablemente a diario. ¿Pero sabe por qué es que se llaman así o cómo fue que se inventaron? La página mentalfloss.com nos lo cuenta.
LUGAR DE ORIGEN
El queso roquefort lleva el nombre de la ciudad en la que nació: Roquefort-sur-Soulzon. Este se caracteriza por su color azulado e intenso olor, que es logrado luego de pasar cinco meses en bodegas abiertas, lo que permite el desarrollo de los mohos internos.
La leyenda francesa cuenta que un joven estaba comiendo un pan con queso dentro de una cueva cuando vio pasar a una bella mujere. Atraído, dejó lo que estaba haciendo y se dispuso a seguirla, dejando el sánguche atrás. Meses después, el joven regresó a la gruta y se dio cuenta de que el queso había cambiado de color y sabor producto del moho. Se animó a probarlo y le pareció delicioso.
De igual manera, el cheddar -ese queso pálido de sabor ácido- se llama así porque originalmente se producía en la villa Cheddar, en Somerset, Inglaterra. También como el roquefort, sus antecedentes se remontan a las cuevas de esta ciudad.
Dicen que lo productores de queso y sus mujeres buscaron crear una nueva variedad de queso. El cheddar nació el día en que se les ocurrió juntar todas las sobras de leche.
¿Qué queso es infaltable en una pizza? Pues, obviamente, la mozarrella. Este queso blanco y húmedo le debe su nombre al verbo italiano “mozzare” que significa “cortar”, lo que hace referencia a cómo se produce: se corta en tajadas y luego se le da forma de bola.(El Comercio).
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