sábado, 26 de marzo de 2011

LA DURA LUCHA DE MARCOS VARGAS LEIVA

La lucha nuestro amigo marcos como discapacitado se inicia al identificarse diferente, cuando Marcos comprende que deberá esforzase por encajar en la sociedad. Comienza entonces su largo peregrinar.

La integración familiar constituye su primer enfrentamiento con la cruda realidad, pues es un miembro distinto en el hogar y es él quien tiene que llevar el pan a su casa porque tiene 4 menores hijos aún que mantener y educar, siendo su opinión dentro de la sociedad nula e inclusive en algunos casos sujeto de maltrato cuando solicita trabajo a las instituciones públicas quienes están obligados a tener como mínimo un 30% de personal con discapacidad, lo cual lo convierte en una persona desconfiada y tímida al pedir o exigir su derecho.

Marcos, deberá trabajar diariamente en un ambiente social hostil, en circunstancias adversas, generalmente basadas en la indiferencia y el menosprecio, se siente injustamente marginado y ofendida cuando la sociedad no se interese en conocerla e intentar un acercamiento, cuando productivamente se le trate con matices de inferioridad.

El aspecto laboral es decepcionante, pues aún cuando existen algunos discapacitados preparados para ocupar puestos directivos, se deben conformar con realizar actividades muy por debajo de sus capacidades reales, generalmente se le limita el acceso a mejores oportunidades en el sector productivo, en cambio se admite a personas con menor rendimiento, por el hecho de ser "normales.

La integración social debe ser un proceso que conceda a todos los individuos poder participar de los beneficios del desarrollo a través del ejercicio de sus derechos y capacidades. El despido de la obra de adoquinado en el Jr. Atahualpa en el cual trabajaba marcos deja un precedente más de la discriminación hacia las personas con discapacidad física.

Cuando se le niegan las oportunidades de que dispone en general la comunidad y que son necesarias para los aspectos fundamentales de la vida como la educación, el empleo, la vivienda, la seguridad económica y personal, la participación en grupos sociales y políticos, las actividades religiosas, las relaciones afectivas, el acceso a las instalaciones públicas, la libertad de movimientos, así como las posibilidades para desarrollar un estilo y calidad de vida adecuados. El cual se le restringe a Marco negándole todo tipo de empleo, justificando que no es apto para los diversos trabajos que tiene en este caso la Municipalidad provincial.

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