sábado, 26 de marzo de 2011

TURISMO SOSTENIBLE


La Organización Mundial del Turismo (OMT), basada en el Informe Brundtland, señala: “El desarrollo del turismo sostenible responde a las necesidades de los turistas y de las regiones anfitrionas presentes, a la vez que protege y mejora las oportunidades del futuro. Está enfocado hacia la gestión de todos los recursos de manera que satisfagan todas las necesidades económicas, sociales y estéticas, y a la vez que respeten la integridad cultural, los procesos ecológicos esenciales, la diversidad biológica y los sistemas de soporte de la vida”.

En tal sentido, como todo sector productivo y comercial, el turismo está en la obligación de considerar la sostenibilidad como el modelo de desarrollo a seguir en el corto y mediano plazo ya que, dada las condiciones del mundo actual, propiciar una mala gestión turística puede literalmente “matar la gallina de los huevos de oro” produciendo “pan para hoy y hambre para mañana".

El Turismo Sostenible hoy, tiene la gran tarea constituirse en una estrategia capaz de salvaguardar y respetar el patrimonio natural y cultural para promover y fortalecer en el tiempo, el desarrollo económico local y sobre todo fomentar e integrar la participación de la población local según el modelo de gestión que más se adecua a su realidad.

Para ello, la amplia oferta turística que dispone un país o una región debe, debidamente planificada, manejarse y sustentarse en un gran Plan Maestro que guíe el desarrollo turístico en sus distintas escalas, y formar parte de la política pública (servicios nacionales y regionales de turismo) y privada (cámaras y asociaciones turísticas).

En el cada vez más creciente mercado turístico, el éxito o el fracaso del negocio y sus oportunidades de desarrollo, está determinado por la simple decisión de optar o no por un modelo de sostenibilidad, ya que en la actualidad la demanda mundial, cada vez con mayor intensidad, apunta a usar los servicios turísticos más amigables con el entorno social, cultural y ambiental, y que además cuenten con un fuerte componente de desarrollo económico local. Estos factores sin duda serán determinantes en el crecimiento turístico y repercutirán inevitablemente en la imagen de marca, en la reputación del producto ofertado y de su contribución con el desarrollo local.

La creciente demanda de servicios turísticos amigables con el medio ambiente, socialmente justo e inclusivo parece ser la tendencia en la presente década, por lo cual la orientación y el modelo a optar por el mercado del turismo en los próximos años será determinante para el desarrollo del sector.

Hoy, los datos acerca de las consecuencias del turismo son contradictorios. Por un lado, sabemos de sus repercusiones positivas: creación de empleo, incremento de ingresos económicos, mejora del nivel cultural de la población local, intercambios sociales en ambos sentidos, sensibilización de turistas y población local hacia el medio ambiente, etc. Pero, por otra parte están las consecuencias negativas: incremento en el consumo de suelo, agua, energía, destrucción de paisajes, aumento de la producción de residuos y aguas residuales, alteración de los ecosistemas, introducción de especies exóticas de animales y plantas, inducción de flujos de población hacia poblaciones turísticas, aumento de incendios forestales, tráfico de personas y drogas, etc.

Frente a esa realidad, el futuro nos obliga a desarrollar un turismo auténticamente sostenible. Esto es muy importante para la conservación del patrimonio turístico y el bienestar de las actuales y siguientes generaciones.

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